Lo que no está en el manual
En una de las bibliotecas de mi casa en Caracas,
resiste erguido como un soldadito un pequeño libro titulado “If life is a game,
these are the rules” (si la vida es un
juego, éstas son las reglas) recuerdo pasar sus páginas saltándome los
largos párrafos -que me parecían insoportablemente aburridos- y leyendo solo
las frases de personajes célebres que hacen las veces de interludio entre los
capítulos.
Siempre puse en duda la exactitud que pudieran
tener los consejos de dicho libro, me preguntaba si era posible que tuviera la
respuesta exacta para cualquier problema o situación específica que se me
presentara en la vida.
Como el ser racional que soy, siempre espero una
respuesta exacta, un resultado concreto, como cuando 2 + 2 da 4 y no cabe duda
que da 4. Pero en mis escasos 23 años de vida he aprendido que las cosas casi
nunca funcionan así, y cada vez que lo compruebo en carne propia es como si la
vida me diera una cachetada y me dijera: “No, no es como tu creías, pero mira, ¡es
aún mejor!” y en efecto lo es. Siempre lo es, aunque no lo parezca. Tal vez
estoy diciendo esto porque soy una optimista empedernida, pero prefiero vivir
así, creyendo que la realidad es sueño, en vez de solo llamarla realidad.
“Bruselas es gris” me dicen, pero yo veo tantos
colores, tanta riqueza, tantos detalles…! “Montevideo es una ciudad muerta”
pero yo siento un aura tan fuerte en el aire, una personalidad viva que corre
entre las calles…
Las reglas sólo existen porque existen las excepciones.
Y, siendo yo misma una excepción a muchas reglas y prejuicios, mi mirada
siempre se empeña en encontrar aquello que es diferente, eso que no cuadra con
ningún estereotipo, los llamados “casos especiales”. (Y conste que no estoy del
todo de acuerdo con esa denominación)
Los latinos son fiesteros (en especial los
caribeños) – yo no lo soy
Los venezolanos aman el beisbol – ¡yo ni siquiera
lo entiendo!
Las personas creativas son desordenadas – a mí me gusta escribir, pintar y estudio
arquitectura, y a pesar de todo eso soy una persona bastante ordenada
¿Por qué nadie ha intentado más bien hacer un
libro de excepciones? “Si te dijeron esto, puede que consigas lo otro”
Por ejemplo, a mi me dijeron hasta el cansancio “irte
de intercambio es fácil” me pregunto qué entiende la gente por “fácil”, porque
para mí, pasar seis meses haciendo diligencias, y todo tipo de papeleo,
sometida a un estrés increíble, sin saber si iba a conseguir pasaje, sin saber
si iba a conseguir el dinero suficiente para vivir en el país de destino, sin
saber si me iban a dar la visa a tiempo para irme antes de empezar clases… no,
para mí eso no es fácil. Es más, es lo más difícil que he hecho en mi vida hasta
ahora, sin duda alguna. Me enfrenté a lo
que no me esperaba….
O al menos cuando escriban las reglas de esta
vida para las generaciones futuras –quien sea que se ocupe de escribir esas
cosas- pongan al final de cada oración un asterisco, que lleve al lector a una
nota de pie de página que diga algo así como “Advertencia: es probable que se
encuentre con miles de millones de excepciones a la presente regla”
De alguna u otra manera a cada uno de nosotros
nos dan un manual para la vida, a través del ejemplo de nuestros padres, las
reglas de la sociedad en que vivimos, las cosas a las que nos acostumbramos y
llamamos “normales”…pero si pudieras hacer tu propio manual para la vida, ¿Cuáles
reglas pondrías? ¿Qué consejos darías? ¿Qué tanto te basarías en el manual que
ya tienes?
Personalmente, creo que mi manual es el mejor; he
hecho trampa y le he echado un vistazo a la última página, y he descubierto la
verdadera enseñanza de mi manual; dice así: “lo mejor de la vida es lo que no
está escrito aquí, ve y descúbrelo.”
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