Mi país y el de Isabel Allende
Mi
país y el de Isabel Allende
A
mi corta edad tengo ya la sensación dentro de mí de que he creado un país
inventado. Un territorio ambiguo, un híbrido entre Venezuela, Uruguay y mi
imaginación (¿o debería decir mi nostalgia?) que probablemente se encuentra
justo al lado del de Isabel Allende. No, no se trata de un acto de arrogancia
ubicar mi humilde patria al lado de la de tan excelente escritora, se trata de
sentirse latinoamericano, pero no saber exactamente de dónde. Hablo de contar
con experiencias típicas de la desastrosa política que caracteriza a la
historia de esta parte del continente, esos momentos que inevitablemente te van
definiendo como persona. Como el golpe de estado de Chile del año 73 en el caso
de Isabel Allende, o las elecciones presidencias de mi país en el 98. Es curioso
el recuerdo que tengo de ese día. Yo era apenas una niña de 7 años, y estábamos
viviendo en Montevideo. Ciudad fría, plana y silenciosa, en la que el mayor
peligro de salir a la calle es el viento y las odiosas tormentas de verano, los
años que vivimos en Montevideo constituyeron un verdadero destierro para mi
mamá, mientras que para mí fue la etapa más feliz de mi infancia. La noche del
6 de diciembre del 98 mi mamá pasó horas pegada a la silla frente al computador
de la casa llorando desconsoladamente, como si hubiera vaticinado todos los
males que le esperaban a nuestro país caribeño. Un año después, la noche del 15
de diciembre del 99, mientras nuestro flamante ex-mandatario aprobaba una nueva
constitución, y la montaña empapada caía despiadadamente sobre la población del
Estado Vargas, mi mamá y yo aterrizábamos en el aeropuerto de Maiquetía,
ignorando el hecho de que fuimos de los últimos en salir del aeropuerto hacia
Caracas. Dios nos había puesto a salvo. Desde ese día he estado viviendo en el
exilio, en mi país inventado.
Ojalá que pronto no necesites más vivir en el exilio de un país inventado.Porque tu país inventado, el que recuerdas con nostalgia, sí existe y reaparecerá más tarde que temprano. Existe en esencia porque somo un país único, de gente única, de riquezas inimaginables, de calidez, de sonrisas, de amabilidad. Y lo tenemos con nosotros todo el tiempo, pero al estar inmersos en este gran caos no lo vemos. No hay que perder la esperanza, el país que te vió nacer está ahí, latente en todo.
ResponderBorrarGracias Bárbara por tus comentarios! :) es interesante saber qué opinan los que leen mis artículos.
ResponderBorrarEspero con ansias el momento en que se disipe la nube de caos y confusión que lleva ya tanto tiempo posada sobre el país... pero sé que no se irá sola... es trabajo de todos.