El teatro de la crisis
Yo no sé ustedes pero yo creo que los
venezolanos somos inteligentes; además de ser gente bonchona, por supuesto, que
disfrutamos de una buena carcajada con los amigos. Es sabido que en tiempos de
crisis es que aflora la creatividad, y nosotros los venezolanos, más que nadie
sabemos que el buen humor es una herramienta muy valiosa. Como si se tratara de una risoterapia grupal,
acudimos al teatro. Es evidente que en estos últimos años ha aumentado la
producción de obras de una manera impresionante. Y me parece
genial, entretenimiento hecho por venezolanos para venezolanos. Pero lo que no
me parece es que se vuelva tan sólo un negocio. Sé que estamos en el siglo del
entretenimiento para las masas, pero admítanlo, ya se vuelve aburrido cuando
todas las obras de teatro son la misma cosa, ¿no creen? La cartelera teatral en
este momento se resume en cuatro palabras: parejas, divorcio, sexo y alcohol.
Si, es cómico, es anecdótico, pero raya en la mediocridad. No hay razón para
subestimar al público venezolano. Creo
que tenemos una mente ágil que disfrutaría de propuestas un poco más
intelectuales de vez en cuando. Y tengo pruebas: hace unos meses fui a ver la
última película de Woody Allen –de quien me precio de ser su fan- en el
trasnocho cultural. ¡Eso estaba a reventar de gente! Las películas de Allen no
son cualquier cosa, y aparentemente, hay público para este tipo de ofertas. ¿Y
qué me dicen de la obra de Orlando Arocha, sobre la vida de Helen Keller que
se está presentando en estos días, también en el trasnocho? Y por último, hace
como una semana una amiga me comentó de un grupo de teatro de aquí, de Caracas,
que está montando una versión de “La Tempestad” de Shakespeare… Yo aplaudo este
tipo de propuestas, porque son de calidad, es arte sobre las tablas, contrario
al resto de la oferta teatral de la ciudad, que trata puros temas banales y
simplemente buscan a cualquier cara famosa que tenga un cuerpazo para que
escupa unas líneas. No estoy diciendo que paren las carcajadas y los chistes
entre panas, eso es parte de nosotros y sí que nos hace falta, pero también los
invito a apostar por nuestra inventiva, nuestra originalidad, porque estoy
segura de que el venezolano tiene mucho más que ofrecer…
Tienes toda la razón. Creo que actualmente se está abusando del teatro ¨ligero¨, del puro anecdótico. Yo también tengo en mi haber experiencias personales de las cuales me puedo reír y hacer de ello un chiste. Pero por favor, no insulten mi inteligencia. Hay ¨actores¨y ´actrices¨que piensan que porque estan buenotes/as, entonces se pueden parar en un escenario a contar sus historias. Bueno es cilantro, pero no tanto... .
ResponderBorrarTambién es cierto que ante los sucesos que actualmente vivimos en Venezuela nos hace falta un poco de distracción.
Pero por qué no distraernos con algo que nos deje un contenido más substancial, algo un poco más profundo. Digo yo... .