Arquitectura para otras latitudes
En la Universidad Simón Bolívar en Venezuela, vi una materia que se llama arquitectura y ambiente. Recuerdo que junto con una compañera hice un proyecto de un módulo de servicios para ser instalado frente a la playa, en la Bahía de Cata. El módulo, compuesto por baños, vestiaires, y un pequeño spa para los turistas, debía ser desarmable, para que pudiese ser transportado por la estrecha carretera llena de curvas que atraviesa el bosque tropical húmedo antes de descender a la playa. Los módulos debían ser auto portantes, ya que no se pueden hacer fundaciones en la arena, a 60 metros de la costa. Nos preocupamos por generar una ventilación cruzada, aleros para crear sombra en las fachadas, y una plataforma que separara la construcción del suelo y evitara que entrasen los insectos. Diseñamos los techos ligeramente inclinados para evitar que los rayos del sol cayeran directamente en el edificio y calentaran la superficie y los espacios internos. Diseñamos unos jardines alrededor para generar pequeños oasis con un microclima más fresco. Como las plantas purifican el aire, ubicamos los jardines en el sentido en el que corre el viento. Y así fuimos llevando el proceso de diseño, todas las decisiones que tomábamos estando subordinadas a las condiciones del medio ambiente. La implantación, el grosor de las paredes, la estructura, el diseño de las fachadas, etc., todo fue el resultado de un cuidadoso estudio del contexto.
Se podrán imaginar que todas estas estrategias en Bélgica no me sirven para absolutamente nada. Aquí no hay playa ni arena ni insectos, la luz del sol es mucho más inclinada y suave, la vegetación no es tan generosa y la sombra no es tan oscura. Así que como se pueden imaginar, me tuve que cambiar el chip, pasar el suiche en mi cabeza para poder proponer arquitectura con lógica para estas latitudes. Tuve que acostumbrarme a ver las cosas de otra manera, cosas que pueden parecer obvias para los lugareños, pero que para alguien que viene de otro ambiente pueden resultar irrisoriamente sorprendentes. Por ejemplo el otro día me quedé impresionada cuando, mientras caminaba con una amiga por las calles de Bruselas, ella decidió repentinamente cruzar para cambiar de acera, cuando nos convenía quedarnos del otro lado de la calle. Le pregunté por qué hacía eso, y me dijo, como si fuera una obviedad, que siempre había que escoger el lado de la calle que tuviera sol, para no sentir tanto frío al caminar. Luego recordé que en Caracas yo hago lo mismo, pero con la sombra, por supuesto, busco caminar bajo la sombra para que no me dé tanto calor, entonces comprendí. -“Pero qué obviedad” pensé. A fin de cuentas todo se reduce a un poco de sentido común.-
Apartando la abismal diferencia que existe entre el clima de Bélgica y el de Venezuela, he notado que hay otros aspectos que definen cómo hacer arquitectura en Europa, y que son, igual que el clima, completamente ajenos a nosotros. Como por ejemplo la falta de espacio: los pobres europeos no logran imaginar la cantidad de espacio libre y sin construir que existe en mi continente. América es inmensa y Europa es verdaderamente minúscula, sólo que tiene casi el doble de países. Amigos europeos: cuando digo que para ir de Caracas a Buenos Aires hay que hacer un viaje de aproximadamente siete horas, esas 7 horas son en avión, no en carro. Partiendo de Caracas en carro en 7 horas no llegas ni cerca de la frontera con Colombia, ¡y ni soñar de llegar a Brasil! En cambio desde Bruselas en 2 horas en tren o incluso menos puedo llegar a París a Amsterdam o a Luxemburgo.
Pero sin duda alguna el tema que más me ha impresionado es la cuestión del patrimonio. Cuando dicen que Europa es el viejo continente, eso de “viejo” es en serio. Tienen que comprender que en Caracas un edifico viejo puede ser de los años 50. (Y, si, me refiero a los años 50 del siglo XX) En el casco histórico de Caracas, la mayoría de los edificios que se encuentran alrededor de la Plaza Bolívar son apenas de finales del siglo XIX... excepto la fachada de la catedral, que mantiene su aspecto de finales de los 1700.
Desde que empecé mi año de intercambio en la UCL ya he perdido la cuenta de la cantidad de proyectos de arquitectura que he estudiado que se tratan de una renovación, restauración, o ampliación de espacios de un edificio histórico. Entonces la arquitectura muchas veces se convierte en una operación quirúrgica, en la que se intenta tocar lo existente sólo lo mínimo indispensable, y la preocupación principal es preservar el valor del patrimonio.
Aquí les dejo varias imágenes de algunos de los proyectos relacionados con la cuestión del patrimonio que me han parecido bastante interesantes:
Puentes en Brujas, Bélgica. NEY + Partners.
Los dos puentes nuevos se curvean ligeramente a ambos lados del edifico patrimonial en un gesto de respeto.
Renovación del Edificio Tour et Taxi,
antiguo centro industrial del puerto de Bruselas. Hoy en día es un centro cultural
con cafés, restaurantes, galerías y ofrece una agenda de eventos super ineteresante.
con cafés, restaurantes, galerías y ofrece una agenda de eventos super ineteresante.
https://www.flickr.com/photos/topsteph53/5542511963/in/album-72157626176447623/
Maison Folie, en Mons, Bélgica, Matador Arquitectos.
transformación de una antigua escuela en un centro cultural.
http://www.matador.be/fr/projects/24/56/-Maison-folie
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