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Mostrando las entradas de 2013

El fenómeno de los juegos del hambre y la civilización del espectáculo

El séptimo arte tiene la gran ventaja de que puede adelantarse a nuestro tiempo, y mostrarnos posibles visiones del futuro de la humanidad. Es fantástico como la gran pantalla del cine se convierte en la superficie de una bola de cristal en manos de una vidente. Desde miles de versiones de historias en las que robots dominan un mundo poblado de humanos obesos y sedentarios, pasando por especulaciones sobre el fin de los días e invasiones  de los extraterrestres, Hollywood lo ha hecho todo. O al menos eso creíamos, hasta que llegó “Los Juegos de Hambre”, una historia clásica de rebelión social con un twist genial que la liga directamente con el mayor mal de la sociedad posmoderna: el culto al espectáculo. Hablo como si Hollywood hubiese sido el autor de la historia de los Juegos del Hambre porque debo admitir que así fue para mí, yo no me leí los libros en los que se basa al largometraje, es más, tan poco era mi interés en el tema que fui a ver la segunda película en el cine sin ha

Un mes, dos semanas y un día.

Un mes, dos semanas, y un día, es el tiempo que llevo sin escribir. Y se los juro ya me estaba empezando un tic en el ojo. Para más colmo, los últimos cinco días me vi obligada a ignorar todas las ideas que mi cerebro había almacenado de una manera testaruda durante todo ese tiempo en el que no las pude escribir, por el bien de mi carrera. Les explico: pasé cuatro días y tres horas sometida al más estricto régimen prusiano con el único objetivo de hacer la entrega final de diseño. –Sin duda mis compañeros de arquitectura entenderán la gravedad del asunto- Señores, eso es lo que hay que hacer para no trasnocharse dibujando planos o cortando escalones: trabajé de 7 de la mañana a 11 de la noche sin excepción durante cuatro días; para cada día elaboré una lista en orden prioritario con cosas que hacer. Limité las movilizaciones hasta tal punto que en los cuatro días sólo salí dos veces: una vez a misa y otra vez para comprar materiales para construir la maqueta, de resto caminé de mi cua

Por qué amamos las novelas de Jane Austen

He tratado de pensar en una manera de escribir sobre este tema sin que todo lo que diga suene cliché. Pues, lamento informarles que no creo que pueda. Verán, cuando se trata de las novelas de Jane Austen, soy como cualquier otra chica, romanticona y cursi. No hay remedio.  ¡Es más!, debería odiar a Jane Austen porque saca a relucir mi lado más ridículo. Pero bueno, ¡¿qué se puede hacer?! Al fin y al cabo nadie se salva de sufrir un eventual episodio de cursilería aguda. Ya es hora de admitirlo. Mi madre nunca ha entendido mi adoración por dichas novelas, le parece inaudito que me interesen las historias de una época en la que las mujeres aún eran un cero a la izquierda. El matrimonio no era una opción, era la única salida que te aseguraba una vida digna. Las niñas eran criadas con el único propósito de enseñarles lo necesario para que pudieran conquistar a un hombre de buena posición. Tocar piano, bordar cojines, dibujar, verse bonitas, tener los cachetes ruborizados siempre, sonr

El ocaso es cuestión de vida o muerte

Dicen que la mejor hora para suicidarse es a las cinco de la tarde de un domingo. Yo, creyente empedernida, optimista sin remedio, creo que las cinco de la tarde de cualquier día es el momento más hermoso que se puede vivir. Pero si he de morir, que en efecto así será, me gustaría morir a las cinco de la tarde, como muere el sol, para nacer en el ocaso. Al fin podré dejar mi hipocresía con el oriente y me uniré al él. Hablar de la muerte es una pretensión de los vivos; no hay nada más humano que la muerte, y no hay nada más divino que vivir hablando de la muerte. Respiro profundo, y tomo conciencia de la tensión que hay en mi columna; me siento más humana que nunca. Cuando estoy sentada frente al manubrio, con los lentes de pasta rosando ligeramente mis mejillas, me acomodo en el asiento de textil sintético seguramente hecho en China o en Taiwán, para alejar mi espalda del material y disipar el calor de mi cuerpo. Escudriño la lista de canciones, con esperanzas de toparme con

Reflexión sobre la sociedad venezolana

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Una vez el profesor y arquitecto Henry Rueda, hablando sobre los arquitectos venezolanos más destacados en los últimos tiempos, dijo, casi a modo de una reflexión en voz alta, que la mayoría de ellos empiezan a ejercer la profesión con energía y buenas ideas, no obstante “viven un ocaso al final de su carrera”. Y puso como ejemplo a Fruto Vivas. Y es cierto, con sólo poner una foto del Club Táchira (1955) codo a codo con una foto del pabellón de Venezuela del año 2000 (obra conocida como La Flor de Venezuela), es suficiente para estar convencido de sus palabras. Club Táchira (1955)                                                           Flor de Venezuela (2000) Esa idea se quedó en mi cabeza dando vueltas… ¿pero por qué ocurre ese fenómeno? ¿A dónde se va el talento y la sensatez? Buscando la respuesta, empecé a inventar hipótesis. ¿Será que tiene que ver con la falta de persistencia o constancia? ¿O es que los venezolanos tenemos una tendencia autodestructiva que nos

El teatro de la crisis

Yo no sé ustedes pero yo creo que los venezolanos somos inteligentes; además de ser gente bonchona, por supuesto, que disfrutamos de una buena carcajada con los amigos. Es sabido que en tiempos de crisis es que aflora la creatividad, y nosotros los venezolanos, más que nadie sabemos que el buen humor es una herramienta muy valiosa.  Como si se tratara de una risoterapia grupal, acudimos al teatro. Es evidente que en estos últimos años ha aumentado la producción de obras de una manera impresionante. Y me parece genial, entretenimiento hecho por venezolanos para venezolanos. Pero lo que no me parece es que se vuelva tan sólo un negocio. Sé que estamos en el siglo del entretenimiento para las masas, pero admítanlo, ya se vuelve aburrido cuando todas las obras de teatro son la misma cosa, ¿no creen? La cartelera teatral en este momento se resume en cuatro palabras: parejas, divorcio, sexo y alcohol. Si, es cómico, es anecdótico, pero raya en la mediocridad. No hay razón para subestimar al

Noches de dictadura: la madrugada del 6 de abril

¿Por qué será que me cuesta tanto escribir de cosas que me disgustan? Mi predilección por lo lindo, lo cuchi, lo agradable llega hasta tal punto que he convertido conscientemente a la tristeza en melancolía. (Si tienen que haber amargura en la vida, al menos que sea “bitter-sweet”). Lo mismo me pasa con el resto de las artes: no soporto escuchar una canción perturbadora, sostengo  cual mandamiento que “sólo voy al cine para ver algo que me alegre la vida”, y jamás he pintado algo que me parezca feo. No le veo sentido a sufrir porque sí. Pero hoy, con mucho esfuerzo, escribiré sobre un tema que me disgusta; les relataré un recuerdo de mi vida reciente, porque creo que es importante que se sepa lo que está pasando en mi país, es importante dar a conocer esta historia. El día que abrí este blog no fue cualquier día. No por azar mi primera entrada empieza con “ Cuando repican duro … ¿las campanas o las cacerolas ?   Ese día, el pasado sábado 6 de abril, a las 4:53 a.m. estaba yo s

Los graffitis, Duchamp, y el arte

Qué sabroso es cuando lees algo que te hace dudar, que te deja pensando, y que te invita a descubrir una nueva manera de ver las cosas. Es, como dirían los gringos “a breath of fresh air”.  Nosotros los humanos tenemos la mala costumbre de querer sentirnos cómodos siempre,   de acostumbrarnos a unas ideas preestablecidas de las cosas, y nos obsesionamos con conseguir la estabilidad en nuestras vidas. ¡Qué locura! ¡Pero si la vida es cambio! Así que hoy, antes que nada, quiero darle las gracias a mi amiga perich y a sus compañeros de la universidad Católica Andrés Bello, por haber sacudido mi mente con su investigación sobre el graffiti. Vale acotar, que hace unos meses empecé a recopilar notas para escribir un artículo sobre dicho tema, pero no supe cómo darle la vuelta, hasta hoy, que se me presentó ante mis ojos una segunda oportunidad para abordar el tema en mejores condiciones: contando con una nueva perspectiva. Les cuento que hace un rato entré en http://graffiticcs.tumblr

UNIVERSIDAD EN RUINAS

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Por allí estaba rondando un video en el que les pedían a varias personas que hacen vida en la Universidad Simón Bolívar, que describieran el significado de universidad con 1 sola palabra. ¿Difícil, no? Algunas palabras que surgieron fueron diversidad, esfuerzo, libertad. Yo agregaría oportunidades. Pero más que todo, la universidad es el sitio para aprender a ser crítico. El tiempo que pasas en la universidad es el momento de tu vida en el que te puedes hacer todas las preguntas que quieras, dudar de todo lo que crees que sabes, para finalmente, escoger, en plena libertad, las respuestas con las que te quieres quedar. Ahora yo les pregunto, no sólo a la comunidad universitaria, sino a todos los venezolanos: ¿Saben que hay un pabellón abandonado en la U.S.B.? Y ahora, reformulando la pregunta para mis compañeros uesebistas, ¿Estás consciente de que tu universidad está literalmente en ruinas? ¿Puedes creer que la universidad de la excelencia no tiene dinero para demoler un edificio

Sinergia de arte y ciencia

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Debo decir que, a pesar de que soy parte de la  prestigiosa Universidad Simón Bolívar, mi fuerte jamás ha sido la matemática. Soy una estudiante de arquitectura. Lo mío es el arte. Sin embargo, últimamente me he venido interesando por una pequeña porción del universo de los números, tan familiar para tantos uesebistas, me refiero al mundo de los fractales. No me voy a esmerar en explicar que son, más bien prefiero enfocarme en lo que para mí es la esencia de dicho fenómeno. Y esto me conduce a una encrucijada, o más bien a una unión de caminos. Me explico: los fractales tienen su origen en complicadísimas ecuaciones matemáticas – a veces incluso logarítmicas- que mágicamente se traducen a espléndidas imágenes con un aire psicodélico inimaginable. Estas imágenes se generan por medio de la repetición de un patrón inicial, de una figura geométrica básica. Los invito a que escriban el término ‘fractales’ en google imágenes y déjense sorprender. Otro aspecto interesante de los fracta

Me están matando

Nunca he tenido una soga apretada en el cuello, jamás en mi vida me he quedado sin aire; no, nadie me ha puesto una bolsa en la cabeza para asfixiarme. Tampoco me han tapado la boca con una mordaza, ni me han atado las manos. Mis dientes no han mordido un trapo. Pero me están matando. Si, es cierto, lo están intentando, pero sigo aquí. Llevan 14 años tratando de matarme. Yo llevo 14 años tratando con todas mis fuerzas de vivir. Él lo sabe: me han tratado de silenciar. He forcejeado hasta más no poder las cadenas invisibles que me atan las manos. ¡Y la asfixia! De vez en cuando siento que se me acaba el aire, que ya no hay más. Pero siempre encuentro un respiro. Siempre. Que mis lágrimas nutran las semillas que están por nacer, que mis piernas no dejen de caminar aunque tiemblen, que mis labios y mis manos y todo mi ser no dejen de transmitir esperanza, alegría y caridad. Porque llevo más de 14 años viviendo, y no pienso parar. 

Sobre nosotros, los "Millennials" (La generación Y)

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Pero qué bien! Soy 80% “millennial”…parece que no soy un modelito tan pasado de moda después de todo…  Permítanme aclarar, para quienes no han oído el término “milennials” antes, se trata del sobrenombre oficial que le pusieron los estudiosos a nuestra generación, la generación Y, es decir, todos los que tenemos entre 18 y 30 años aproximadamente. Según el entretenido quiz que hice, titulado “How Millennial are you?”(Para el cual les dejo el link al final), resulta que soy un 80% “mileniana” por así decirlo, lo que significa que tan sólo el 20% restante de mi mente está fuera de tiempo. Por un lado me alegro, y en cierto modo me siento aliviada. Cuando te pareces a los demás no sueles tener muchos problemas en la vida, difícilmente te sentirás incómodo en algún lugar u ocasión, y por lo tanto te ahorras el conocido drama personal de sentir que no perteneces. –que, por cierto, se ha convertido en todo un cliché,  desde Radiohaed hasta Fun, hay miles de artistas que han pla

Hablemos de flores...

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Todos los que me conocen saben de mi obsesión por las flores, no es ningún secreto. Forro mis cuadernos con fotos de jardines, en mi closet nunca falta un clásico estampado primaveral, y al lado de mi cama hay un calendario con paisajes floreados de la toscana italiana… Más allá de los límites de mi cuarto, en la sala de mi apartamento donde estoy sentada ahora, me doy cuenta de que estoy rodeada de flores… hay miles de pinturas de flores, entre ellos un cuadro de calas que quedó de mi exposición de arte hace ya varios años, y otro de unas flores en un jarrón que pintó mi abuela. Las agujas del reloj del comedor bailan sobre un campo de margaritas, las servilletas en la cocina están decoradas de girasoles, la flor favorita de mi madre, y reposan sobre un mantel bordeado de yerberas y pétalos rosados. Y aún así necesito más. Me gustaría vivir en una casa sólo para poder tener un jardín. Hay algo de las flores que me tranquiliza… es como si el interruptor del estrés en mi mente s

El verdadero hincha

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En agosto del 2012 me invitaron a un juego de béisbol. Jugaban los tigres de Detroit en su casa, contra los indios de Cleveland. Los amigos que me invitaron son todos fanáticos de los tigres, así que era un juego muy importante para ellos. Otro compañero que andaba con nosotros, también venezolano, estaba particularmente entusiasmado por ver a Miguel -“Mickey” –Cabrera, nuestro coterráneo, en acción. Les adelantaré el final del cuento: los tigres ganaron, gracias a un batazo espectacular de Cabrera en el último inning. Pero, ¿adivinen qué? ¡Nosotros no lo vimos! Si, así como lo oyen, ¡nos hemos perdido el gran final! Seguro se preguntarán, qué fuerza sobrenatural fue capaz de movernos de nuestros puestos-que eran de los mejores- para salir del estadio pocos minutos antes de que ocurriera el gran final… Pues, créanlo o no, fueron los propios hinchas de los tigres los que abandonaron el estadio en masa, cuando vieron que su equipo estaba perdiendo duramente 3 carreras por 6. A mis