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Mostrando las entradas de febrero, 2014

SED

¡Que difícil es escribir en estos días en los que el país está tan convulsionado! Uno se siente en la obligación de hablar sobre el tema, de opinar sobre las diferentes maneras de protestar, de hacer un llamado a la paz, etc. Ya he dicho antes que no sirvo para la política, que no entiendo cómo funciona, y que simplemente no me entran en la cabeza esas cosas. Por ende, no hablaré de política. Yo sólo soy una ciudadana más de este curioso país llamado Venezuela. Una venezolana que, como muchos otros de mi generación, he perdido un poco ese arraigo a mi tierra natal, ese amor hacia mi país que es tan sano para una nación - en su justa medida, claro. Deben entender que, para la gente de mi edad, sólo existe un gobierno en nuestra memoria, y ese es el del presidente Chávez, y ahora, su mediocre continuación con el presidente – ilegítimo - Maduro. Yo siempre cuento la anécdota de que yo me aprendí el nombre de Rafael Caldera el día que le entregó la banda presidencial a Chávez. A

Entre Montevideo y Caracas

5.170 kilómetros separan a Montevideo de Caracas, distancia que se traduce a más de 50 horas en carro, y poco más de 7 horas en avión. En realidad, estas cifras a casi nadie en el mundo le importan un bledo, además de a mí. Dudo que un caraqueño en su sano juicio tenga algún interés en ir a vivir en una ciudad como Montevideo, y viceversa. Lo sé porque conozco las dos ciudades, y más o menos entiendo las dos culturas, pues como muchos saben, siempre he sentido que tengo un pie allá y uno acá.    Mi mamá detesta  al cono sur, tanto que lo llama el “coño” sur; pero mi papá, a mi papá le gusta tanto que recuerda con gusto sus viajes a Punta del Diablo y Ushuaia; sin duda, lugares dignos de refranes como: “donde el diablo perdió la bicicleta”, o “donde el viento se devuelve”. Es curioso que estando en el mismo continente, y hablando el mismo idioma seamos tan diferentes. Caracas es, como dijo el escritor venezolano José Ignacio Cabrujas: “Una ciudad nueva, siempre nueva, siempre